lunes, 26 de julio de 2010

NADIE HABLARÁ DE NOSOTRAS CUANDO AFILEMOS LAS PODONAS

6.-


Kataysa abrió los ojos encharcada de sudor. Las cabezas de los hombres colgaban al viento fuera de la cueva.
No fue una pesadilla. Despertó a su hermana Famara y se fueron.

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