sábado, 14 de agosto de 2010

NADIE HABLARÁ DE NOSOTRAS CUANDO AFILEMOS LAS PODONAS

24.-

Un día los helicópteros dejaron de aparecer, lo que permitió a Kataysa y Famara trabajar día y noche hasta finalizar el cometido.

Desde los campos de cereales de Tegueste, Kataysa se despide de Famara:

-"Adiós, gracias por dejarme ser tu hermana"

Famara contuvo las lágrimas hasta verla marchar. Comprendió que aquel era su destino

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