lunes, 25 de octubre de 2010

Cuento de Halloween

Linda

Linda pensó que el malestar de aquella noche era debido a la copiosa cena que había ingerido. Su sueño era pesado, dio como cien vueltas en la cama hasta que consiguió conciliar el sueño. Poco tardó en comenzar la pesadilla que le duraría toda la noche.

Los sudores y el pánico eran tan reales que de un sobresalto se despertó en medio de la noche.La claridad de había hacía que aquel lugar fuese bastante visible sin necesidad de encender luz alguna. Los rayos de luna atravesaban la ventana desde la cual se podía ver un cielo estrellado.

Linda se levantó, se acercó a la ventana y miró hacia el infinito firmamento de estrellas y sintió un frió helado por todo su cuerpo. Pensó, en el más sepulcral de los silencios de la noche, que ella podría ser la única. La única que estuviese viva -eran imaginaciones suyas- "en el fondo son paranoias, no tenia que haber cenado tanto". Tan nerviosa estaba que al más mínimo ruido saltaba: Primero fue el crujir de un mueble, luego la brisa que movió la cortina, más tarde le siguió un insecto...para cuando Linda se asustó con unas sombras, el sueño ya empezaba e nuevo a apoderarse de ella. Fue entonces cuando llegó Hermínia con su escoba, la vieja bruja había trabajado muy duro aquella noche y necesitaba descansar.

Linda al verla con unos ojos entre abiertos y cerrados fue hasta sus pies, dio un par de vueltas, maulló y luego volvió a su camita. La pequeña gatita negra estaba ya tranquila. No había porque preocuparse. Su dueña había recolectado tanta carne que tendría comida para los próximos tres meses.

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